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La brecha educativa que ha revelado la crisis

 

El sistema educativo ha sido motivo de preocupación en Colombia. Desde la llegada del Covid-19, la inmersión en la virtualidad ha mostrado los retos que enfrentan los colegios hoy, pero a su vez, ha puesto en evidencia la gran desigualdad educativa.

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Por Paola Andrea Piraquive Niño

 

La educación en Colombia se define como un sistema de formación permanente a nivel personal, cultural y social basado en un concepto integral de la persona humana, su dignidad, sus derechos y sus deberes. Con la llegada de la pandemia del Covid-19 al país, todos los sectores se vieron afectados incluyendo al sector educativo. Los colegios, tanto públicos como privados tuvieron que cerrar, viéndose obligados a darle un giro a la enseñanza con ayuda de las tecnologías y las plataformas digitales.

 

Tanto la educación pública como privada requieren espacios donde los niños, adolescentes y jóvenes puedan recibir una enseñanza óptima para poder desarrollarse física, emocional y mentalmente. Los salones de clase, no solo permiten organizar a los estudiantes en cursos, donde pueden sentarse y escribir; sino son el lugar donde cada individuo puede opinar libremente, aprender sin límites y cuestionarse para transformar en un futuro su realidad.

 

Con la pandemia todo esto cambió, por lo que directivos y maestros han tenido que dar un paso de fe y reformar el sistema de enseñanza afianzando las herramientas que ya conocían para poder brindarle a los estudiantes ‘una educación en casa’. No obstante, la falta de recursos y la desigualdad social han hecho de este camino un trayecto largo y nada sencillo.

 

 

El Plan de los directivos

 

 

Los rectores son la cabeza de una institución quienes con su equipo directivo mantienen el orden, motivan y ayudan tanto a estudiantes como a maestros, para lograr alcanzar la misión y visión establecida. Pese a las dificultades que trajo la pandemia, han tenido que trabajar rápida y eficientemente para reestructurar el método de cada clase, los horarios y lo más importante: no generar un atraso en el año escolar. 

 

En el caso del Colegio privado El Carmelo ubicado en Cartagena, se realizó el 16 de Marzo un primer experimento donde cada estudiante recibió clase desde su casa. El resultado fue caótico, por lo que la rectora Cecilia Supelano junto con su equipo decidieron enviar a todo el personal y estudiantes de vacaciones y utilizar ese tiempo para elaborar un plan, escoger un método, seguir garantizando el empleo al personal de la institución y buscar una capacitación para los maestros. No obstante, al ver que el método tradicional que se implementaba de manera presencial no servía en la virtualidad decidieron aplicar sus primeros cambios. 

 

“Como institución no queríamos un trabajo individual con cartillas sino mantener el contacto con el estudiante, por ende, escogimos ‘meet’, la creación de un correo institucional para mejorar la comunicación, un cambio en los horarios y los módulos para no saturar a los estudiantes y que entreguen sus trabajos a tiempo sin presión” afirma. 

 

También, el colegio se ayudó de una plataforma facilitada por Santillana, donde se reforzó el segundo idioma de los estudiantes, se mejoró el sistema de calificaciones y se encontraron nuevas alternativas para el manejo de las clases. Por otra parte, la institución ya elaboró su ‘estrategia de modelo de alternancia’ para que sea aprobada por la Secretaría de Educación e iniciar el periodo 2021 de la mejor manera. 

 

Para Supelano, la educación virtual ha traído la satisfacción y el reconocimiento de los padres de familia a la institución por su compromiso y sus nuevos métodos que han sido amados por los estudiantes.

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Los colegios que hicieron parte de esta investigación

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Por otro lado, en la Institución Educativa Lázaro Martínez, colegio público en la ciudad de Cartagena, la adaptación a la virtualidad no ha sido fácil, ya que el 98% de los estudiantes no tienen acceso a los elementos tecnológicos y peor aún, a la conectividad. Por ende, el rector Edgar Turizo se reunió con los maestros, directivos y padres de familia para elaborar una ruta y se tomó la decisión de la elaboración de las guías físicas. 

 

Gracias a que un gran número de maestros son jóvenes se pudo instruir a los otros profesores para manejar las fechas de entrega  de las cartillas en la página de Facebook y las circulares en la página web del colegio. “Como rector, mi mayor reto ha sido mantener el optimismo y transmitirlo a los maestros. De igual forma reformar nuestro sistema con los recursos que tenemos apropiando las herramientas digitales” afirma. 

 

Por más de que el Ministerio prometió ayudarles con un porcentaje estimado para los gastos, esa suma se ha visto reducida en gran manera, estancando el proceso para brindar mejores condiciones a nivel de las clases y asesorías a los estudiantes. A pesar de esto, el colegio elaboró un plan completo de alternancia y están a la espera de la respuesta de la Secretaría de Educación y de la ayuda del Ministerio, ya que las constantes fallas en la plata de energía del sector teniendo en cuenta el numero de estudiantes, son una piedra en el camino para el nuevo periodo que iniciará el próximo año.

 

 

Un cambio para los maestros 

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Los maestros son los representantes de la enseñanza, las figuras que por vocación aman compartir el conocimiento con todas las edades. Con la llegada de virus, los profesores han tenido que ‘lanzarse al agua’ y aprender en el proceso de descubrimiento de la tecnología y hacerse amigos de las plataformas digitales para dictar sus clases. 

 

Constanza Orosco, maestra desde hace veinte años, quien actualmente trabaja en un colegio privado en la ciudad de Bogotá, considera que el proceso de las clases virtuales ha sido de mucho aprendizaje, de altas y bajas donde se aprende en el proceso más que en la teoría. “No ha sido tan caótico mi capacitación fue ‘rauda y veloz’ más sin  embargo, se aprende conforme a la necesidad que hay. Este momento de transición ha permitido hacer cambios que se debieron hacer hace mucho tiempo y que como sistema educativo nos resistíamos a hacer” afirma. 

 

También, por más de que ha salido a flote con sus clases cree que faltó un poco de atención por parte del Ministerio de Educación ya que no brindó ninguna asesoría ni solución por lo que el costo de las plataformas salió del bolsillo de los profesores, pero a pesar de eso rescató que su institución se aliara con el Instituto Google para brindarles cursos que les ayudaran a manejar mejor las plataformas y ser creativos con sus asignaturas, en su caso ‘Las Matemáticas’. 

 

Además la docente afirmó que la educación en casa ha sido una experiencia interesante, buena e innovadora y que la alternancia que ya se está implementando en su institución es una buena iniciativa. “El colegio ha invertido en cámaras 360 y gracias a este sistema hemos podido crear un ambiente escolar en casa mucho más didáctico y participativo, los chicos están emocionados de volver. Y aunque es un sacrificio preparar las clases, realizar asesorías ya no a una sino a 30 personas, vale la pena” afirma. 

 

Para Orosco, como educadores se debe estar preparados para aceptar, implementar y creer en los cambios ya que el mundo está en una evolución constante y la enseñanza es por y para las nuevas generaciones.

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En contraste, Yuli Calderón, profesora de Español en un colegio público en Cartagena, este año tiene la oportunidad de trabajar con niños entre los 6 y 7 años por lo que describe su experiencia en la virtualidad como traumática pero gratificante. “Ha sido una experiencia difícil pero hermosa. Nunca habíamos estado preparados para este tipo de educación tanto para los docentes como para los estudiantes por la falta de materiales y recursos que permiten que accedamos a este tipo de educación mas sin embargo se ha podido salir adelante” afirma.

 

La docente explicó como el Ministerio les ha brindado ayuda lo suficiente como para lograr exitosamente el cierre de su año escolar. “El Ministerio ha brindado computadores e internet gratis en las zonas rurales de la ciudad donde nuestros niños no tenían acceso a las tecnologías; y gracias al programa “todos a aprender” también del ministerio contamos con tutores que nos han dado asesoría y un seguimiento para la modernización de las clases” afirma.

 

Calderón espera que esos beneficios del Ministerio hacia los niños continúen por el bien de los estudiantes. “Se supone que si estamos reinventado la educación es para continuar con ese proceso de transformación y que se logre que los niños generen más y mejores conocimientos sin retrocesos por la falta de recursos tanto para su diario vivir como para su profesionalización futura” afirma.

 

 

Una solución del Ministerio

 

 

Teniendo en cuenta la crisis que atraviesa el sector educativo por la pandemia, el Ministerio de Educación reafirma el compromiso con los educadores con el fortalecimiento de los decretos 1022, 0298 y 2354 expedidos en 2019 que continuarán en lo que resta del 2020 hasta el 2022. Dichos decretos establecen una nivelación salarial en cuatro puntos para los docentes y una bonificación pedagógica para maestros y directivos. 

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De igual forma gracias a la ley 1955 de 2019 en lo relacionado con el pago de cesantías, el Gobierno Nacional viene adelantando la búsqueda de herramientas administrativas, tecnológicas y de recursos que permitan contribuir a una solución de fondo y sostenible a esta problemática. De esta forma el Ministerio espera aliviar por igual el golpe que han recibido las instituciones publicas y privadas por la pandemia.

 

En definitiva, la adaptación de la virtualidad ha mostrado la brecha que hay entre la educación básica y media a nivel publico y privado donde la falta de recursos, acuerdos y orden han afectado el aprendizaje de los niños, adolescentes y jóvenes. Pero a su vez, ha traído un despertar a la conciencia e ingenio para transformar la manera de educar al futuro de Colombia.  

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